Candela Sainz tiene 17 años y una severa discapacidad visual que apenas le deja ver la pizarra en clase, pero una visión afilada para los números. De hecho, ha recibido la mención especial al ‘Mejor ejercicio de desarrollo de Finanzas y Contabilidad’ en la XV Olimpiada de Economía de Madrid que premia la excelencia académica de los estudiantes de Bachillerato.
Esta adolescente está acostumbrada a superar retos desde el día en que nació. “Tengo una enfermedad que se llama amaurosis congénita de Leber y que produce una pérdida progresiva de la visión”, explica en una entrevista.
Este desorden genético y heterogéneo se presenta en un 10% a 18% de los casos de ceguera congénita. Candela asegura que, gracias a una intervención quirúrgica a la que se sometió hace dos años, ha podido frenar el avance imparable de esta patología. Insiste en que siempre ha recibido “el apoyo del profesorado”, especialmente en los momentos más difíciles. “Tras la operación durante un tiempo no pude leer ni escribir, ni siquiera con apoyos ópticos. Entonces, mi profesor de matemáticas se reunió con mi profesora de la ONCE, mis padres y conmigo, para ver cómo podíamos afrontar la situación”, recuerda.
La olimpiada de las finanzas
Así es la vida de Candela, como uno de esos circuitos de obstáculos a los que está acostumbrada desde niña a sortear con su caballo. Maneja con igual destreza las riendas de su corcel que los algoritmos y los números sobre el papel.
Este espíritu competitivo, y unas notas brillantes, le condujeron a participar en la última edición de la Olimpiada de Economía de Madrid donde concursaron casi 1.000 estudiantes de Bachillerato de los centros de Enseñanza Secundaria de la región.
Este campeonato está organizado por cinco de las principales universidades de Madrid: la Autónoma, la Rey Juan Carlos, la Complutense, la de Alcalá y la Carlos III. Candela no sólo fue elegida entre los 15 mejores perfiles, sino que obtuvo el quinto puesto ‘ex aequo’ junto a su Colegio Jesús Maestro.
Me encantaría trabajar en algo relacionado con la Casa Real, pero también en un puesto vinculado con la política europea
Los participantes tuvieron que enfrentarse a retos que evaluaron su comprensión y aplicación de conceptos económicos. Candela estuvo acompañada en todo momento por el delegado de la ONCE en Madrid, Luis Natalio Royo, su mentor dentro del programa ‘Conociéndonos, Conectando’, que desarrolla la Organización para los afiliados más jóvenes.
Tras superar la fase local pasó a la nacional, celebrada en La Rioja, donde “la prueba fue algo más compleja”. No logró clasificarse y quedó excluida del campeonato. De vuelta a casa le quedaba otra prueba por superar: la Evaluación para el Acceso a la Universidad (EVAU). “Logré la mejor puntuación de mi instituto con un 13,92 sobre 14”, comenta con orgullo.
Las universidades españolas compiten por ‘fichar’ a jóvenes brillantes, como ella, que son los futuros líderes del mundo económico y empresarial. Candela siempre quiso ser periodista, pero con el paso del tiempo ha descubierto el poder de la macroeconomía. “No me interesa el mundo de la empresa ni de la contabilidad. Estoy más interesada por la vinculación entre la economía, las relaciones internacionales y la política”, explica.
El 9 de septiembre comenzará sus estudios de Doble Grado en Relaciones Internacionales, Filosofía, Política y Economía en la Universidad Francisco de Vitoria. Cuando en la pasada Olimpiada le preguntaron sobre dónde se veía dentro de diez años, la joven contestó con contundencia: “Me encantaría trabajar en algo relacionado con la Casa Real, pero también en un puesto vinculado con la política europea”.
Cuando finalice el verano a Candela le espera un nuevo reto: tres años de carrera para esta joven acostumbrada al esfuerzo. Porque, pese a su 77% de discapacidad, se orienta sin dificultad, monta a caballo, no usa bastón y sólo se guía por la lógica de la economía y las finanzas.
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